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Doña Ana de Matos era hija legítima del capitán Lázaro de Matos y de Francisca Encina, descendiente directa de los primeros conquistadores.

En el año 1671 compra la imagen de la Virgen de Luján para erigirle una capilla en las tierras de su propiedad, ubicadas a orillas del río Luján. Para el año 1682, Ana dona parte de su estancia para que la Inmaculada tuviera su manutención y se levanta la primera capilla a cargo del capellán Pedro de Montalvo.
En 1740, un malón de indios ataca Luján y la población de la zona busca protección agrupándose alrededor de la capilla. De esta forma, empieza a conformarse la primera urbanización de la villa alrededor de la Plaza Mayor (actual Plaza Belgrano).

En los planos de 1755 la Plaza Mayor ya figuraba como espacio público, y a comienzos y mediados del siglo XVIII, era utilizada para el intercambio comercial entre los indígenas y la población hispano criolla. Ese mismo año, con la instalación del cabildo y la capilla de Nuestra Señora del Río Luján, se consolida como el epicentro social y cultural de la región, siendo atravesada, además, por el célebre Camino Real.

La plaza fue testigo de los festejos por la asunción del rey Carlos III de España en 1760, y albergó las fiestas patronales que se celebraban durante el mes de diciembre, incluyendo corridas de toros y diversos juegos de la época.

En 1806, durante las invasiones inglesas, los usurpadores interceptan frente a la Plaza Mayor al Virrey Sobremonte, mientras huía rumbo al norte con los caudales públicos. Semanas más tarde, recibiría a las milicias populares que combatirían junto a Juan Martín de Pueyrredón en el denominado Combate de Perdriel, iniciando la Reconquista.

La Plaza Belgrano: el solar donde nació Luján 
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